La Imagen antigua

Antigua imágen de Nuestra Señora del LluchLa piadosa leyenda sobre el origen de la imagen de Nuestra Señora del Lluch, refiere que un pastor alzireño, de nombre Lluch (Lucas en castellano), se hallaba con su rebaño, junto a la orilla del río Xuquer y encontró, entre los restos de un barco naufragado, una pequeña escultura de la Virgen María, que recogió y entregó al municipio para su culto, decidiéndose por todos que sería entronizada en el ermitorio del cercano monte del Salvador, desde donde protegería por igual, a todos los alzireños. Antiguamente, el río era navegable hasta Alzira y era frecuente utilizar los barcos como medio de transporte, para el transito de las cosechas de los labradores de la comarca. Era costumbre, igualmente, situar esculturas religiosas en la proa de las naves, como queriendo invocar la protección divina para los navegantes.

La antigua imagen de la Virgen del Lluch era un alto relieve de madera de molave (vitex geniculata), de unos cincuenta centímetros de altura, policromado, que estuvo unido con anterioridad, a una estructura mayor (la proa de un barco o incluso un retablo), donde estuvo integrado, antes de su veneración pública, portando al Niño Jesús en su mano izquierda y en la derecha un ramo de azahar. La imagen, de tez morena, (de ahí el cariñoso apelativo popular de la “Moreneta”), iba cubierta por túnica y manto, con aureola de doce estrellas y coronas reales.

El primer documento histórico conservado en la actualidad, hace referencia al donativo del municipio para ayudar a los gastos de la procesión que desde la Villa, se realizó hasta el ermitorio del Salvador, el 5 de Agosto de 1699, cuando fue entronizada en dicha iglesia:

“Item, dit día, pagà al hermità de Sent Salvador per a ajuda de costa per a puchar en processó a la Mare de Déu del Luc y collocarla en dita hermita... 1 liura”.

(Archivo Municipal de Alzira, Llibre del Menut, año 1699)

Este dato histórico permite saber que con anterioridad, ya se encontraba en Alzira y que era suficientemente conocida y venerada por los fieles, para poder ser trasladada en procesión hasta el monte del Salvador, en la festividad mariana de Santa María la Mayor, víspera de la del Salvador, uno de los santos propios de la Villa. Grupo de imágenes sobre la historia de la Imágen El entusiasmo popular hizo posible levantar un nuevo santuario (julio 1920) Fiesta 1929 Participación alzireña en los actos del 25 aniversario de la coronación de la Virgen de los Desamparados en Valencia

Durante el siglo XVIII existe constancia de numerosas reparaciones en el ermitorio, compartiendo la titularidad hasta que con el tiempo, pasa a ser conocido por todos, autoridades, clero y fieles, como ermita de Nuestra Señora del Lluch. El rápido incremento del culto a la Virgen del Lluch hace que en 1757 las autoridades locales la reconozcan como imagen “milagrosísima” y “propia de la villa”. La imagen comienza a ser bajada a la ciudad, primero como protectora de los alzireños ante epidemias, como el cólera y después, para ser festejada por su protección ante estas catástrofes, institucionalizándose, con el tiempo, la bajada de forma anual.

Los muchos favores obtenidos por la mediación de la Virgen, convierten su templo en meta de peregrinaciones, no solo de la ciudad, sino también de los pueblos vecinos, como aparece en los documentos, desde 1783. A partir de finales del siglo XIX, las concentraciones de fieles en la ermita, pasan a ser masivas, como la peregrinación regional de 1891, con más de quince mil peregrinos, provenientes de muchos pueblos valencianos, con trenes especiales y otros vehículos y multitudes caminando por las carreteras, hasta el ermitorio, el 11 de octubre de ese año. Tres años después, en 1894, el Consejo Diocesano de Valencia de la Adoración Nocturna Española, celebra en el ermitorio una Vigilia Diocesana de Espigas, con participación de las secciones de las diferentes poblaciones.

Primeramente, la Virgen del Lluch, es invocada por los labradores, que la aclaman como patrona y la festejan en su ermitorio. Poco a poco, ese patrocinio se extiende por toda la ciudad y en 1835, las autoridades municipales la reconocen como patrona de la Villa junto con San Bernardo mártir, participando habitualmente, desde el siglo XIX, en las fiestas patronales, formando parte de la trilogía devocional local, junto con el Santísimo Cristo de la Virgen María.

La tradicional fama de “milagrosa”, de la imagen de Nuestra Señora del Lluch, es proyectada universalmente, gracias a la novela “Entre Naranjos” de Vicente Blasco Ibáñez: “Estaba muy enferma; una dolencia de matriz que acababa con ella rápidamente. No creía en los médicos... Conocía el único remedio: la Virgen del Lluch acabaría por curarla, y todas las semanas, descalza, con los zapatos en la mano, subía la penosa cuesta”. (Vicente Blasco Ibáñez, en “Entre Naranjos”, 1900).

También, por causa de esta novela, se crea en esta época, la leyenda de que la Virgen del Lluch de Alzira, era la imagen original venerada en la isla de Mallorca, que había venido volando sobre el mar, lo que causó su tez morena. En los nuevos Gozos de la Virgen, que se componen en este tiempo, se repite esto. Pero no es así. Ambas Imagenes son totalmente diferentes y no existe ninguna conexión en la iconografía, el culto o la historia. Tan solo es una coincidencia en el título de la advocación. La palabra “Lluch”, como linaje o como nombre propio, está suficientemente documentada en la ciudad de Alzira, en los orígenes de la advocación local. Ratificando esto, se encuentran los estudios realizados por los mallorquines, publicados en la revista “Lluch” de Palma de Mallorca, en febrero de 1939.

En 1927, se coloca la Primera Piedra del nuevo Santuario de la Virgen y un año después, es erigida la cofradía, con la denominación de “Asociación Católico-Benéfica de Señoras de Nuestra Señora del Lluch”. En 1929, el Arzobispado de Valencia, decreta la interparroquialidad del nuevo Santuario, en construcción, para solucionar definitivamente, los continuos enfrentamientos entre las parroquias alzireñas, que aspiran a tutelar el culto del templo patronal.

En 1935 la imagen es trasladada al nuevo Santuario que se está construyendo junto al antiguo ermitorio. En 1936 desaparece victima de la persecución religiosa del momento.